lunes, 13 de enero de 2014

A veces llevamos un tiempo buscando poner en orden un pensamiento que nos inquieta, o puede que  una idea que se planta en nuestro interior no termine de tomar forma porque le falta algo. Y de repente alguien dice algo que consigue fraguar y colocar el elemento que faltaba, todo cobra sentido.
Despertar!! Eso es lo que hacemos cada día que comenzamos una clase, con una lectura o una cita distinta, puede que no lo sepamos o puede que no nos interese realmente, pero escuchar palabras inesperadas, disparatadas e incluso incoherentes, aunque solo nos sacudan por unos segundos, ya nos han hecho despertar. Nuestra mente se inquieta.
Escuchar nos da otro punto de vista, otra opinión que quizá ni si quiera habíamos contemplado, puede que estemos de acuerdo o no, pero quizá alguna de esas ideas nos haga reflexionar fuera de nuestro pequeño mundo.

La rutina a veces tan destructiva es la que nos coloca en un sitio y nos familiariza con un entorno, tras haber estado 20 días con nuestras familias, amigos y disfrutando de las fiestas, el primer contacto con la universidad es de "descoloque". Para mi la reunión del primer día de clase significó la ubicación en la materia a través del reencuentro con los otros, porque socialmente es la mejor manera de reconocerse  a uno mismo, a través de los demás.

1 comentario: